Hoy los alumnos de 4º B hemos escrito
diferentes versiones del cuento de "La caperucita roja". Aquí podéis
ver algunos de nuestros cuentos. ¡Esperamos que os gusten!
En un tiempo
muy lejano, en una casa en medio del bosque vivía una niña que la llamaban
Caperucita Roja porque llevaba una capa roja casi siempre.
Un día su
madre le mandó que llevase una cesta a su abuela que se encontraba enferma. Su
madre le dijo que tuviese cuidado con el lobo y que no se parase a hablar con
nadie.
Caperucita
se marchó hacia la casa de su abuelita, pero antes de llegar se encontró al
lobo y le dijo que fuera por el camino más corto, aunque la engañó. En realidad,
ese camino era más largo. Mientras Caperucita Roja caminaba por el bosque se
hizo de noche y empezó a tener miedo. El lobo que la había estado siguiendo
apareció y la asustó. Le dijo que si le daba la comida de la cesta el lobo no
se la comería y la ayudaría a llegar a la casa de su abuelita. Caperucita
aceptó porque le daba miedo que el lobo se la comiera. El lobo después de
comerse la comida la acompañó hasta la casa de la abuelita.
FIN
Ona
Yanle Jaume Pastor
En un
tiempo muy lejano, en una casa en medio del bosque vivía una niña que la
llamaban Caperucita Roja porque llevaba una capa roja casi siempre.
Un día
su madre le mandó que llevase una cesta a su abuela que se encontraba enferma.
Su madre le dijo que tuviese cuidado con el lobo y que no se parase a hablar
con nadie.
Caperucita
se marchó hacia la casa de su abuelita, pero antes de llegar se encontró al
lobo y le dijo que fuera por el camino más corto, aunque la engañó.
Aunque
el lobo se dio cuenta que él iba por el camino más largo. Caperucita llegó
antes que el lobo, pero como el lobo había corrido llegó justo después.
El lobo
pensó: ¿Por qué he ser tan malo si quiero tener amigos? Seguidamente les dijo:
¿Puedo ser vuestro amigo? La abuelita y Caperucita le dijeron que sí.
Caperucita
pensó: ¡con la cesta llena de comida podemos hacer un picnic! La abuelita y el
lobo dijeron: es una gran idea.
Des de
entonces fueron amigos.
¡Colorín
colorado y este cuento se ha terminado!
Caterina
Ripoll Miquel
En un tiempo
muy lejano, en una casa en medio del bosque vivía una niña que la llamaban
Caperucita Roja porque llevaba una capa roja casi siempre.
Un día su
madre le mandó que llevase una cesta a su abuela que se encontraba enferma. Su
madre le dijo que tuviese cuidado con el lobo y que no se parase a hablar con
nadie.
Caperucita
se marchó hacia la casa de su abuelita, pero antes de llegar se encontró al
lobo y le dijo que fuera por el camino más corto, aunque la engañó.
Así que
Caperucita se fue por ese camino. Al cabo de caminar un buen rato, se encontró
con un árbol de oro y se subió por él. Cuando ya había escalado un rato largo
se paró a descansar en una rama, se encontró una puerta y entró. Dentro había
una ardilla que le preguntó: "¿qué haces aquí?".
Caperucita
le dijo: "voy a casa de mi abuela que está enferma".
La ardilla
le dijo: "¿pues qué haces aquí?". Así que la ardilla le enseño un
tobogán y le dijo que se tirara por él. Caperucita se tiró por el tobogán. Al
llegar abajo se encontró delante de la puerta de la casa de su abuela.
Ella tocó la
puerta: "toc, toc".
La abuela le
abrió la puerta y Caperucita le dio la comida y se preguntó: "que había
sido del lobo?
Luego se
marchó a su casa.
¡Colorín,
colorado este cuento se ha acabado!
Aina
Frau Vives
En un
tiempo muy lejano, en una casa en medio del bosque vivía una niña que la
llamaban Caperucita Roja porque llevaba una capa roja casi siempre.
Un día
su madre le mandó que llevase una cesta a su abuela que se encontraba enferma.
Su madre le dijo que tuviese cuidado con el lobo y que no se parase a hablar
con nadie.
Caperucita
se marchó hacia la casa de su abuelita, pero antes de llegar se encontró al
lobo y le dijo que fuera por el camino más corto, aunque la engañó.
El lobo
se fue corriendo, pero pensó que como Caperucita estaba muy lejos y el lobo
pensó que se podía dormir. Cuando se despertó, Caperucita Roja estaba a punto
de entrar en casa, cerró la puerta y el lobo se pegó contra toda la puerta en
la cabeza.
Al ver
al lobo tumbado en el suelo se asustaron y llamaron a la policía. La policía vino
todo lo deprisa que pudo. Detuvieron al lobo por engañar a una niña. Caperucita
y su abuela estaban muy contentas y se pusieron a comer tranquilamente.
El lobo
está detenido, pero ¡tened cuidado que os puede comer!
FIN
Marina Gayà Ferrer
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